El molino medieval: ¿un avance en la productividad?

Todo lo que se lograba en la Edad Media, desde la construcción de las grandes catedrales hasta el trabajo cotidiano en el campo o en el taller, se conseguía mediante la explotación sistemática de la fuerza de los hombres y de los animales, mediante un interminable trabajo pesado. Aun así, con la ventaja de la retrospectiva, podemos ver que ya se estaban sentando algunas de las bases tecnológicas para una sociedad mecanizada. Se había aprovechado una importante fuente de energía natural, y los habitantes de la Edad Media iban a aprender a explotar otra. Al molino de agua -un legado del mundo antiguo- el Occidente medieval añadió su propia y peculiar creación, el molino de viento de poste. En los siglos posteriores, el molino de agua desempeñaría un papel crucial en la industrialización y el crecimiento económico, y la Revolución Industrial sólo se convertiría, a finales del siglo XIX, en un triunfo de la máquina de vapor y no de la rueda hidráulica. Pero, ¿qué importancia tuvieron la energía eólica y la hidráulica en la transformación gradual de la economía agraria medieval? ¿Tuvo el molino algún efecto notable en los modelos de producción existentes?

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