5 señales externas que provocan una buena forma de hacer ejercicio (y por qué funcionan tan bien)

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El coaching es una mezcla de arte y ciencia.

Los que aplican metodologías basadas en la ciencia de forma práctica obtienen los mejores resultados.

No se trata de lo mucho que uno sabe, o de lo mucho que otros creen que sabe, sino de lo bien que uno es capaz de articular los puntos clave a los demás.

Un entrenador puede pasar toda su vida en el mundo académico adquiriendo un conocimiento ilimitado, pero quedarse por debajo de su nivel cuando llega el momento de entrenar realmente, debido a su incapacidad para aplicar la ciencia.

A la mayoría de los atletas no les importan las conclusiones de un reciente meta-análisis sobre la velocidad angular de la rodilla durante el sprint máximo. Simplemente se preocupan por mejorar y quieren que usted les ayude a conseguirlo.

Los grandes entrenadores son capaces de estudiar y comprender la ciencia, luego la filtran y la proporcionan a sus atletas de una manera digerible y procesable. Los entrenadores que utilizan una verborrea excesiva o que intentan impresionar a sus atletas con una jerga complicada no hacen mucho para que los atletas mejoren.

Guarda los análisis detallados de cada punto de datos que tu medición GPS registró para otros nerds de la fuerza y el acondicionamiento como yo. Haz que tu práctica sea fácil de entender y que tus atletas puedan actuar inmediatamente.

La forma en que entrenamos va mucho más allá de las hojas de cálculo y las demostraciones de ejercicios. Está muy arraigada en la forma en que les hablamos a nuestros atletas.

Una gran parte de la información que reciben los atletas viene por medio de señales internas, aquellas que involucran a su propio cuerpo y su movimiento.

Por ejemplo, «extiende tus caderas, rodillas y tobillos» sería una señal interna destinada a provocar una triple extensión.

Aunque las señales internas pueden ser efectivas hasta cierto punto, creo que hay una forma mejor.

En un artículo publicado en el Strength and Conditioning Journal, el autor Nick Winkelman (PhD y Jefe de Rendimiento Atlético de la Unión Irlandesa de Fútbol Rugby) sostiene que el rendimiento del sprint aumenta cuando los atletas reciben señales externas en lugar de señales internas.

A diferencia de las señales internas, las señales externas se basan en la relación de un atleta con objetos externos y en conjunto con su propio cuerpo. Por ejemplo, «empujar el suelo» sería un ejemplo de una señal externa.

Winkelman continúa describiendo muchos estudios que han encontrado que las señales externas producen resultados superiores de entrenamiento y rendimiento en comparación con las señales internas.

Canalizar la energía de uno hacia algo que no distrae al atleta del proceso que está tratando de ejecutar, sino que lo ayuda, es lo que hace que las señales externas sean tan efectivas.

Los atletas ya no tienen que concentrarse en colocar su cuerpo en todas las posiciones correctas para hacer el movimiento perfecto. En lugar de ello, se centran en el resultado y dejan que el movimiento se produzca tal y como se produzca a través de repetidos esfuerzos de práctica técnica.

Sin embargo, no sirve cualquier indicación externa. Para que una señal externa sea efectiva, debe incluir una distancia, una dirección o una descripción.

Mis señales favoritas

Puede ser desalentador cambiar la forma en que entrenamos y transmitimos nuestros mensajes al atleta.

Sin embargo, una forma efectiva de hacerlo puede incluir la creación de listas de señales. En cada sesión animo a mis entrenadores asistentes y a los internos a que tomen notas sobre las señales que funcionan bien para que podamos volver a ellas más tarde.

Semanas, meses y temporadas más tarde, los entrenadores encontrarán que tienen una lista bastante larga de señales externas efectivas que pueden ser utilizadas.

Mi consejo es encontrar tantas como sea posible para los movimientos más comúnmente entrenados (por ejemplo, Sentadillas, Levantamiento de Peso, Prensas), porque no todos los atletas responderán igual a cada señal. En estas situaciones, es posible que tenga que sacar algunos diferentes para lograr su objetivo.

A continuación he enumerado algunas de mis claves para algunos movimientos básicos. Debo notar que estos son adaptados y tomados prestados de varios de los mejores entrenadores con los que he podido trabajar en mi experiencia profesional:

Single-Leg RDLS: «Ponte tan largo como puedas, intentando llegar de pared a pared.»

Esta indicación consigue que el atleta mantenga una postura equilibrada sin posiciones lordóticas o cifóticas de la espalda, así como que coloque un estiramiento adecuado en los músculos isquiotibiales.

Sprints: «Empuja el suelo lejos de ti. Imagina que haces girar la tierra debajo de ti».

Las huellas tienen que ver con la cantidad de fuerza que uno puede aplicar en el suelo. Por lo tanto, esta clave ayuda al atleta a centrarse en conducir realmente en el suelo en lugar de acortar su rango de movimiento para mover las piernas más rápido, que es un error común.

Bench Press: «Impúlsate a través del banco e imagina que la barra es como un palo que quieres partir por la mitad».

Esta indicación ayuda al atleta a involucrar sus dorsales, lo cual es esencial para un Press de Banco exitoso. También les ayuda a mantener los cinco puntos de contacto clave: la cabeza, la parte superior de la espalda, las caderas y ambos pies.

Perros de Pájaro: «Imagina que hay un vaso de agua en tu espalda que no quieres derramar».

Un problema importante con muchos movimientos preparatorios como el Perro de Pájaro es que los atletas se apresurarán a realizarlos sin conciencia de estabilidad. Al imaginar un vaso de agua en la espalda, el atleta tiene que mantener una postura firme y centrar su atención en la tarea que tiene entre manos.

Barreras laterales: «Imagina que estás en un túnel de techo bajo en el que no puedes ponerte de pie».

Con demasiada frecuencia, los atletas desperdician energía en el desplazamiento vertical cuando arrastran los pies. Dándoles la restricción mental de estar en un túnel, es más probable que se muevan lateralmente de manera eficiente.

Animo a los entrenadores a experimentar con una variedad de señales externas y a llevar un registro de las que encuentran que funcionan mejor. Y recuerde, siempre es bueno tener múltiples señales destinadas a obtener el mismo resultado para el mismo ejercicio o ejercicio, ya que cada persona no interpretará o actuará sobre una señal de la misma manera.

Crédito de la foto: Antonio_Diaz/iStock

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